Un buen discurso es aquel que logra conectar emocionalmente con la audiencia, estableciendo un vínculo que trasciende las barreras ideológicas. Aristóteles ya destacaba la importancia del ethos (carácter del orador), pathos (emoción) y logos (lógica) como elementos esenciales de la retórica persuasiva. En su obra "Retórica", Aristóteles explica cómo la combinación adecuada de estos elementos puede influir profundamente en la audiencia, una idea que sigue siendo relevante en el discurso político moderno.


En su libro "No pienses en un elefante", Lakoff argumenta que los políticos pueden moldear la opinión pública a través de la manipulación estratégica de estos marcos. Por ejemplo, la reiteración de ciertas palabras o frases puede activar un marco específico en la mente de los oyentes, influyendo en cómo interpretan los mensajes del discurso.

En el contexto de la política, el poder de un buen discurso no puede ser subestimado. Un discurso efectivo no solo informa, sino que también inspira y motiva a los ciudadanos, convirtiéndose en una herramienta crucial para influir en la opinión pública y moldear el panorama político.

A lo largo de la historia, los discursos han sido fundamentales para movilizar a la sociedad, promover cambios significativos y, en última instancia, decidir el curso de las naciones.

Para que un discurso sea efectivo, debe ser claro, conciso y conectar con las preocupaciones y deseos del electorado.

Según George Lakoff, un lingüista y pensador político, los marcos mentales son estructuras cognitivas que influencian la percepción y el pensamiento.

Los discursos políticos más recordados y efectivos son aquellos que han tocado las fibras emocionales de la gente. Martin Luther King Jr., en su icónico discurso "Tengo un sueño", utilizó una retórica potente y cargada de emociones para pintar una visión de un futuro mejor, logrando resonar en un amplio espectro de la sociedad estadounidense.


Este discurso no solo mostró su habilidad como orador, sino que también catalizó movimientos sociales y políticos en los años siguientes.

En la era digital, donde los discursos pueden ser analizados y criticados ampliamente a través de múltiples plataformas, la autenticidad se ha convertido en un valor altamente apreciado.


Los ciudadanos están cada vez más informados y pueden detectar cuando un discurso carece de sinceridad. Como señala Daniel Goleman en su libro "Inteligencia Emocional", la capacidad de entender y manejar las emociones propias y ajenas puede ser decisiva para la efectividad de un líder político. Un discurso que refleje genuinamente las convicciones y emociones del orador puede fortalecer la confianza del público en su liderazgo.

En suma, un buen discurso es más que palabras; es una herramienta de poder que, cuando es utilizada con maestría, tiene el potencial de transformar sociedades.

Para los políticos, dominar el arte del discurso no es solo una habilidad deseable, sino una necesidad imperativa para conectar efectivamente con el electorado.

Foto: BBC

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Fuentes:

• Aristóteles, (2020). Arte Poética / Arte Retórica, 4ª. Ed., Editorial Porrúa.

• Goleman, D. (2018). Inteligencia emocional. Editorial Kairós.

• King, Martin Luther. “I Have a Dream.” March on Washington for Jobs and Freedom, Aug. 28, 1963, Lincoln Memorial, Washington DC.

• Lakoff, George, (2018). No pienses en un elefante, Editoria Ariel.

Sobre el autor

René Cardona Picón es Licenciado en Derecho con Mención Honorífica y Maestro en Ciencias Jurídicas con Mención Honorífica por la Universidad Autónoma de Baja California. Especialista en Derecho y Política Jurisdiccional, así como en Interpretación, Tutela y Protección de los Derechos Humanos por la Universidad Castilla- La Mancha.

Se encuentra Avalado por México S.O.S., USAID y el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey como promotor del Sistema Penal Acusatorio. Ha sido galardonado como Líder de Baja California 2020; es Premio Estatal de la Juventud en la categoría “Aportación a la Cultura Política y a la Democracia”.

Ha fungido como asesor jurídico externo en la administración pública municipal y estatal, además de consultor jurídico para organismos empresariales como CANACINTRA, Vinícola Castillo Ferrer, y organismos binacionales como la Smart Border Coallition. Hoy en día se desempeña como Jefe de la Oficina del Patronato del Sistema DIF Baja California. Es el actual Campeón del Concurso Nacional de Oratoria y Debate Público “México Tiene La Palabra”, habiendo obtenido el Pin a Mejor Polemista del Certamen.